La tristeza es una respuesta ante la pérdida, y sentirnos tristes nos permite hacer una pausa y mostrar a otros que necesitamos apoyo.
La tristeza contiene decepción y angustia. La intensidad de estos estados varía: Podemos sentir una decepción leve o fuerrte, pero solo podemos sentir una angustia intensa. Todos los estados de tristeza son desencadenados por una sensación de pérdida.
Escoge una forma para aprender sobre algunos estados que podemos experimentar.
Sentimiento de que no se están cumpliendo las expectativas.
Tristeza con agitación.
Sentimiento de que no hay nada que hacer frente a la situación
Aceptación de que nada se puede hacer.
Reconocimiento de la incapacidad para impedir o hacer frente a una pérdida.
Sentimiento de que nada bueno está por venir.
Tristeza angustiosa, por lo común prolongada.
Tristeza angustiosa por la pérdida de un ser querido.
Angustia con resignación.
Tristeza por una pérdida.
Tristeza intensa con agitación.
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Respondemos a los estados emocionales con nuestras acciones.
Por ejemplo, podríamos evitar sentirnos indefensos en público, pero buscar consuelo en casa. Evitar sentirnos indefensos puede ser constructivo para superar un dolor intenso, pero destructivo si no buscamos apoyo cuando lo necesitamos.
Escoge una forma para aprender sobre algunos estados que podemos experimentar. Luego escoge una acción para profundizar más.
Buscar ayuda o apoyo de otros.
Enfocarse en la pérdida.
Quejarse acerca de la pérdida, sabiendo que la queja no conseguirá recuperar lo perdido.
Abandonar física o mentalmente el escenario que está desencadenando la tristeza.
Pensar repetitivamente acerca de la experiencia emocional.
Sentir la necesidad de ocultar cómo se siente uno acerca de la cosa o persona que se ha perdido.
Es un proyecto de Educación Emocional cuyo principal objetivo es acompañar a las personas en el desarrollo de
sus competencias emocionales.
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