Sentir disgusto hacia algo que es tóxico nos ayuda a evitar ser envenenados, ya sea física o socialmente.
El disgusto contiene descontento y abominación. La intensidad de estos estados varía: Podemos sentir un descontento leve o fuerte, pero solo podemos sentir una abominación intensa. Todos los estados de disgusto son desencadenados por la sensación de que algo es tóxico.
Escoge una forma para aprender sobre algunos estados que podemos experimentar.
La forma más benigna de disgusto.
Deseo de evitar algo que nos disgusta.
Respuesta a un mal sabor u olor; también puede ser metafórico.
Repulsión hacia algo figurativo o literalmente tóxico.
Repulsión extrema.
Disgusto muy intenso
Disgusto intenso enfocado en una persona.
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Respondemos a un estado emocional con nuestras acciones. Nuestras respuestas a una misma emoción pueden diferir dependiendo de las circunstancias.
Por ejemplo, podríamos evitar sentir aversión hacia otros en el trabajo, pero encontrarnos sintiendo aversión hacia personas sobre las cuales leemos en las noticias. Evitar la aversión puede ser constructivo para superar nuestros prejuicios, pero puede ser destructivo si nos lleva a involucrarnos con una persona dañina.
Escoge una forma para aprender sobre algunos estados que podemos experimentar. Luego escoge una acción para profundizar más.
Tratar a alguien como si no fuera un ser humano; privar a alguien de cualidades, personalidad o espíritu humanos.
Mantenerse físicamente alejado de alguien o algo, o mantener la mente alejada de lo que está desencadenando el disgusto.
Abandonar física o mentalmente el escenario de lo que está desencadenando el disgusto.
Expulsar material desde el estómago por la boca; metafóricamente denota un disgusto muy intenso.
Es un proyecto de Educación Emocional cuyo principal objetivo es acompañar a las personas en el desarrollo de
sus competencias emocionales.
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